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Esencia de Jordania
Un viaje entre maravillas antiguas y paisajes inolvidables
Desde 1295 €
Viajar a Jordania es adentrarse en un destino que combina historia ancestral, paisajes desérticos de otro mundo y una cultura hospitalaria que marca a cada viajero. Este país, situado en pleno corazón de Oriente Medio, se ha convertido en uno de los destinos más deseados para quienes buscan experiencias auténticas, aventuras memorables y rincones que parecen sacados de una película. Jordania es un lugar donde cada día ofrece un descubrimiento diferente: desde ciudades talladas en piedra hasta aguas que curan, desiertos que brillan al atardecer y mares que guardan historia. En verano, el país se transforma en un escenario cálido y vibrante perfecto para vivir emociones intensas y momentos únicos.
La joya más famosa de Jordania es, sin duda, Petra, una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno. Llegar por el desfiladero del Siq y encontrarse frente al Tesoro, tallado directamente en la roca rosada, es una de esas experiencias que quedan grabadas para siempre. Pero Petra ofrece mucho más que su icónico monumento: templos, tumbas, monasterios y caminos que revelan la grandeza de la civilización nabatea. En verano, visitar Petra al amanecer o al final del día se convierte en un auténtico espectáculo de luces y sombras que intensifica la belleza del lugar. Incluso la experiencia de Petra by Night, iluminada solo por velas, añade un toque mágico imposible de olvidar.
Sin embargo, Jordania no es solo Petra. Otro de sus grandes tesoros es el desierto de Wadi Rum, un impresionante valle de arenas rojas y montañas de tonos dorados que ha sido escenario de numerosas producciones cinematográficas. Aquí, la inmensidad del paisaje invita a desconectar del mundo y conectar con la naturaleza. Durante el verano, el desierto cobra vida con colores intensos, y las actividades disponibles son variadas: excursiones en 4×4, paseos en camello, rutas de senderismo o noches bajo un cielo estrellado en campamentos beduinos. Dormir en una tienda tipo “martian tent”, con vistas directas al firmamento, es una de las experiencias más emocionantes que ofrece el país.
Si la aventura es parte fundamental del viaje, el Mar Muerto añade un toque de relajación inigualable. Considerado la masa de agua más salada del planeta, ofrece un baño flotante y terapéutico que no se puede vivir en ningún otro lugar del mundo. En verano, sus aguas cálidas y sus lodos minerales permiten tratamientos naturales que revitalizan la piel y el cuerpo. Sus resorts, ubicados a orillas del mar, cuentan con spas, piscinas infinitas y vistas espectaculares hacia las colinas de Israel y Cisjordania. Pasar un día en el Mar Muerto es una forma perfecta de combinar bienestar y naturaleza en un entorno único.
La capital del país, Amán, también merece un lugar especial en cualquier itinerario veraniego. Es una ciudad moderna pero repleta de historia, donde las ruinas romanas conviven con cafés contemporáneos, mercados tradicionales y barrios llenos de vida. El Teatro Romano, la Ciudadela y el colorido Downtown muestran la esencia de Jordania: un equilibrio entre pasado y presente. En verano, la ciudad se anima con terrazas, restaurantes al aire libre y eventos culturales que permiten conocer la vida local desde una perspectiva más cercana.
Otra parada imprescindible es el Mar Rojo, especialmente en Aqaba. Entre aguas transparentes y arrecifes llenos de vida, este destino se convierte en un paraíso para el snorkel y el buceo. Sus playas, su ambiente veraniego y sus hoteles frente al mar lo convierten en el complemento perfecto para quienes buscan descansar o disfrutar de actividades acuáticas después de visitar Petra o Wadi Rum. Aqaba, además, es ideal para desconectar sin renunciar a la comodidad y los servicios de un destino costero moderno.
La gastronomía jordana también es una parte fundamental del viaje. Platos como el mansaf, el falafel, el hummus o el maqluba llenan la mesa de sabores tradicionales preparados con ingredientes frescos y especias suaves. Durante el verano, comer al aire libre en una terraza, probar un té con menta o disfrutar de una cena beduina bajo las estrellas se convierte en una experiencia cultural y sensorial.
Uno de los mayores encantos de Jordania es su hospitalidad. En cada rincón del país, los viajeros encuentran personas amables, siempre dispuestas a ofrecer ayuda, información o incluso una taza de té. Esta calidez humana crea una sensación de seguridad y confort que hace que cualquier visitante se sienta bienvenido desde el primer momento.
Jordania es un destino perfecto para quienes buscan un viaje que combine cultura, naturaleza, aventura y relax. En verano, el país brilla con intensidad: los colores del desierto se vuelven más potentes, los cielos permanecen despejados, y las noches bajo las estrellas adquieren un toque aún más especial. Cada día puede ser único: recorrer monumentos antiguos, vivir aventuras en paisajes imponentes, relajarse en aguas minerales o descubrir ciudades vibrantes.
En definitiva, Jordania ofrece una experiencia completa y profundamente emocionante. Es un destino que impresiona, que transforma y que deja huella. Si buscas un viaje diferente, lleno de historia, belleza natural y momentos inolvidables, Jordania en verano es la elección perfecta. Aquí te esperan maravillas que debes ver, historias que escuchar y paisajes que solo este país puede ofrecer.
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Requisitos del Viaje:
https://mfa.gov.jo/es/embassy/Madrid




